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La composición del acíbar varía según el aloe
del que proceda, la época de recolección y la forma de elaborarlo.
Contiene del 6 al 10% de agua y los de mayor calidad dejan un 2% de cenizas.
Lo que más varía es la cantidad de resina, que oscila entre
el 40 y el 80% . Esta resina que no tiene importancia farmacológica,
es un éster del ácido paracumárico y un alcohol resínico,
el aloerresinotanol.
Además, el acíbar contiene hasta el 20% de aloinas. Por
hidrólisis, las aloínas dan emodina que es el constituyente
activo del acíbar.
El aloe contiene también aloemicina, de gran poder anti-inflamatorio
y analgésico, y aloeuricina , cuya propiedad es activar y fortificar
las células epiteliales, lo que la hace de mucha utilidad en las
úlceras gástricas y estomacales.
Contiene gran cantidad de aminoácidos como son la valina, metionina,
fenilalanina, lisina y leucina. Posee además al polisacárido
lignina, el glucomannan y otros glúcidos como la pentosa, galactosa,
y los ácidos urónicos que proporcionan una profunda limpieza
de la piel, pues penetran en todas sus capas, eliminando bacterias y depósitos
grasos que dificultan la exudación a través de los poros.
Entre los elementos constitutivos figuran el iodo, cobre, hierro, zinc,
fósforo, sodio, potasio, manganeso, azufre magnesio y gran cantidad
de calcio. Es una de las pocas especies que contiene vitamina B12, además
de vitamina A, B1, B2, B6, y C.
Contiene fuertes proporciones de germanio que actúa como filtro
depurador del organismo, elimina los venenos y desechos de las células,
reestructura y revitaliza la médula ósea, reactiva el sistema
inmunológico, estimula la producción de endorfinas, que
calman en dolor. Todas las plantas que contienen germanio han sido consideradas
milagrosas y son: el Aloe vera, el ging-seng y las setas shitake.
El gel obtenido del aloe produce seis agentes antisépticos de elevada
actividad antimicrobiana: el ácido cinamónico, un tipo de
urea nitrogenada, lupeol, fenol, azufre, ácido fólico y
un ácido salícico natural que combinado con el lupeol tiene
importantes efectos analgésicos.
Es astringente, analgésico, y anticoagulante. También se
ha comprobado sus beneficios como estimulante del crecimiento celular
y resulta ser un increíble antitóxico y antimicrobiano.
La tintura o el zumo diluidos en agua a partes iguales usadas varias veces
en forma de gárgaras de 3 a 4 minutos actúa eficazmente
contra los dolores dentales, y de las encías, neuralgias, aftas,
laringitis, disfonía, amigdalitis, anginas, placas y cualquier
afección bucal o faríngea.
Cura las heridas necrosantes, como las quemaduras, regenerando los tejidos
y cicatrizándolos, restaurando a su vez la sensibilidad del área
afectada.
Cura las heridas cortantes, el herpes, la culebrilla, la tiña,
y las infecciones producidas por estafilococos y otras infecciones bacterianas
internas como la gastroenteritis, colitis, enterocolitis, vaginitis, cervicitis,
escorbuto, cólera, disentería, blenorragias, sífilis
y otras enfermedades venéreas.
Alivia el dolor de los golpes, esguinces, luxaciones, dolores musculares,
artríticos y reumáticos, los pies cansados,...
En las enfermedades eruptivas de los niños como el sarampión,
la varicela, la escarlatina etc., sus propiedades anti-inflamatorias reducen
la picazón y evita que los chicos se rasquen las ampollas.
Pueden tratarse las verrugas, los sabañones, los eccemas, la soriasis,
la dermatitis seborreica, la erisipela, el pie de atleta, las picaduras
de insectos, arañas, escorpiones, serpientes, medusas y las plantas
venenosas.
Resulta muy adecuado para el tratamiento de las varices, ya que calma
su dolor y las mejora.
También se han comprobado sus efectos beneficiosos en el tratamiento
de la celulitis.
La aloína revitaliza el cabello tornándolo más flexible,
reluciente, dócil y resistente.
Regenera las células de la piel después del afeitado. Después
de la depilación evita rojeces, erupciones, granos, y cierra rápidamente
los poros dilatados.
Cicatriza la herida del ombligo del bebé y la circuncisión.
Evita las estrías en el abdomen y en los senos. Después
del parto alivia los dolores de la episiotomía, facilitando la
recuperación del anillo vulvar.
Las cándidas, tricomas y demás infecciones o irritaciones
vaginales desaparecen con aloe.
Reduce los efectos de las alergias, indigestión, acidez estomacal,
gastritis, úlceras duodenales y estomacales, úlceras oculares,
hemorroides, afecciones del aparato digestivo, descongestionando el estómago,
el intestino delgado, el hígado, los riñones y el páncreas.
Es un laxante natural y facilita los movimientos intestinales en las personas
con problemas de estreñimiento.
Se puede utilizar como fotoprotector contra las quemaduras solares, incluso
una vez producidas este tipo de quemaduras.
Tonifica el organismo y abre el apetito.
Absorbe y reduce el olor corporal, siendo un excelente desodorante.
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